A 50, sin cuenta años del golpe – el azar. Por Carolina Pezoa
Por su parte, el poema “La partida inconclusa” habrá mostrado -a dos lenguas- la fractura como algo a pensar y que no cesa de partir, o bien no asegura su destino, o nunca puede ser partida o juego jugado del todo. He aquí quizás lo anfibio – el azar a medio andar, donde el poema indaga en escritura y se da cita, y pasa a su propia suerte en un juego perturbador de y con los recuerdos que se vienen a la memoria, vale decir, aquí a contrapelo entre lo que cambia y permanece; quizá como un intento por devolver el azar al azar, ya lejos de los administradores de la vida/muerte, o no solo cerca de los administradores de la muerte.