México en su vastedad, esconde lugares secretos de la poesía. Hoy queremos presentarles una breve muestra contemporánea que incluye a tres interesantes voces: Cecilia Juárez (Toluca 1980), Saúl Ordóñez (Toluca 1981) y Erik Moya (Zamora, Michoacán 1994), quienes destacan por sus trabajos poéticos desde la disidencia y los márgenes. Estas poéticas tienen los ojos puestos en el lenguaje y sus símbolos, construyendo poemas que pueden ser una canción, una road movie o una fotografía. Estamos, así, frente a un bombardeo sensitivo, sin miedo a estereotipos estéticos. Estas voces construyen desde un imaginario intenso, crudo y a ratos doloroso. Una radiografía que verbaliza, con irreverencia, estos tiempos violentos en los que vivir, sin poesía, sería un trago mucho más amargo.
En esta selección encontraremos la poética de Saúl Ordóñez, quien con un lenguaje feroz, cuestiona la existencia como una herida irreparable. En su libro Viacrucis (Mantis Editores, 2019) nos adentra en versos provocadores que, de modo elegíaco, interpretan el tránsito del hombre y sus calvarios. Asimismo, la poética de Cecilia Juárez engarza imágenes que por lo vívidas, duelen. En Acapulco (Grafógrafxs, 2021) va escribiendo, con sorprendente velocidad y ritmo, la historia de una infancia y una juventud. También es la de un sitio mundialmente conocido como paraíso y de lo que sucede alrededor. Con agujones en clave de género que penetran en lo normativo, Juárez desentraña lo que significa ser niña, ser mujer en latinoamérica. La poeta construye un entramado desmetaforizado que palpita por su crudeza, por su juicio de realidad. Todo en clave de cine, con soundtrack incluido.
Y, finalmente, encontramos a Erik Moya, quien escribe la ciudad subterránea. En Cruising Morelia (Texere editores, 2019) nos pone un hilo del que lxs lectorxs nos agarramos y vamos espiando así un mundo que está vedado para la mojigata y católica sociedad latinoamericana, abriendo el espacio público para la intimidad en donde “lo personal es político” (SIC). En los poemas de Requiem de cuando Juluis, Moya coincide con la visión de su libro anterior y continúa develando la ciudad que está sucediendo ahora mismo, poniendo nuevamente en jaque la idea de espacio público clásico. Así, Moya construye un entramado que sirve para visualizar nuevas masculinidades, constantemente en tensión.
Finalmente, y luego de leer poesía mexicana, pensamos que el desafío ahora es mirar con otros lentes aquello que puede resultarnos discordante. Y es esa discordancia, esa aleatoriedad, ese margen impaciente de realidad, es el que está pulsando por encontrar el norte con el corazón profundo y enquistado en el sur. México arde por sus comisuras y la nueva poesía lo sabe.